El sabor a desaliento que
refresca las ventanas de aquel balcón lleno de flores en mis mejores sueños y
anhelos, dormía y siempre me despertaba aquel olor a jazmín de mi hermosa
infancia jugando a ser grande deseando no crecer jamás.
Regresaría tan solo un instante a
ver a mi padre y a mi abuelo abrazarlos y regresar corriendo en esta misma
lluvia que cae ahora, le pediría a mi padre su bendición y le diría que jamás
lo olvidare.
La vida cambia poco a poco alguna
vez eres feliz otras no lo eres, esperar mientras cae la lluvia, el frio
congela mi mente nuevamente los recuerdos caen como las gotas de lluvia, hasta
cuándo podría vivir así de esta manera tan silenciosa y me mente abierta a los
deseos.
La lluvia limpia los viejos tejados
y las calles sucias ojala así limpiara mi alma de tanto vacío y tanta soledad
amarga, a veces digo tantas veces lo mismo que quisiera comprender porque soy
tan cruel conmigo misma y no con los demás.
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