Cuando te levantas en la oscuridad del verano y los árboles permanecen sin viento más allá de la puerta abierta de par en par esta noche, quisiera que volvieras y aún así eso no sucederá.
Cuando las habitaciones respiran suavemente y el mar se une a los geranios rojos y cobaltos y rojos otra vez en los faros del puerto, en los ferries que brillan y esperan esta noche.
Silencio matutino.
Una calidad de los pasos en el pavimento.
de las voces, las personas que van pensando en la calle y creen que están silenciosas tanto que aturden solo con sus pisadas.
Sol silencioso en las mantas, en los pisos
en las tazas del desayuno y el esmalte en la bandeja de entrada sin querer levantarse, frío y hermoso con el olor de pan recién horneado que te hace suspirar sin querer abrir los ojos.
Es el sonido en contra de las ventanas
que suben intactas a las tiendas: un signo de paz el anuncio del café, caer luego en el sofá antes de salir admirando ese mismo sol el que tú también ves algunas veces cuando estamos juntos.
No es suficiente cada despertar silencioso bendito y vivo todavía no estoy enfermo todavía no soy esclavo siento que así quiero vivir, mientras espero que llegues de nuevo como el día, mientras sigo observando el mismo cielo que tú pero no estás conmigo.
