sábado, 6 de diciembre de 2014

DESPEDIDA


Hoy revise en mis recuerdos un momento cualquiera no había mucho que decir o que pedir solo me miraba a mi misma soñando el pudo ser de cualquier amor muchos días silenciosos entre pasado y presente.

A veces me pregunto como pude sobrevivir a tanto en tan poco tiempo y cuando miro a mi alrededor a tantas personas sufriendo y muriendo veo que mi sufrimiento solo es una gota comparada a lo que sufren los demás.



sábado, 8 de noviembre de 2014

MOTIVATE

AMATE PRIMERO
NO DEPENDAS DE NADIE
SE FIEL A TUS PROPIAS CREENCIAS
NADIE VA A QUERERTE SI TU NO TE QUIERES
NO PUEDES AMAR A ANDIE SI TU NO TE AMAS
APRENDE A VIVIR SOLO CONTIGO MISMO
DESPUES PODRAS VIVIR CON ALGUIEN MAS

https://www.youtube.com/watch?v=TxzFbzavhgU


lunes, 6 de octubre de 2014

ENTONCES

Entonces sueña contigo siempre
atrapa tus pesadillas donde nadie
jamás pueda tocarlas entonces
ya no sentirás dolor a pesar de ti,
Atrapa la oscuridad en un frasco
como quien atrapa la luna en un recuerdo
coloca una luciérnaga por esa noche
hasta que se duerma contigo y
luego déjala libre ella se llevara todo
hasta tus propios temores.

Entonces mira la noche y sus estrellas
atrapa la soledad en una gaveta
aquí descansa la soledad
mañana encontrarás un compañero
para las noches de frío restantes
atrapalas solo eso.    30/82014 Idania Jose

                         ***

LAGRIMAS

De algo estoy segura las lagrimas no se convierten en perlas así lo parezcan al salir de lo mucho que duelen.

He visto mucha gente sufriendo por causa del amor y aún así no dejan de intentarlo.

Siempre he querido amar tanto hasta convertirme en lo amado.

Idania Jose

EL INFIERNO ES AMAR SIN SER CORRESPONDIDO

Todo mundo dice ama sin esperar nada a cambio
como vas a dar tanto amor y a sentarte a esperar que nada pase...

Es como tener la flor más hermosa y no poder tocarla
es como que no puedes sentir su olor aun siendo tuya...

AYER


Ayer volabas en sueños ajenos
hoy dejas sueños incompletos
porque no siempre es como deseas
al final de cualquiera calle
al final hay que continuar
siempre habrá un camino
con fallas, con errores y pasado
no puedes seguir allí jamás
cayendo y callando
el fondo no existe no hay nada más
a veces quisieras continuar
a veces solo quieres alejarte
sin enfrentar eso que le temes
puede todo ser igual
te cansas, descansas y amas
al final de la calle no hay nada mas,
no busques fuera lo que hay dentro
no cubras tus errores con desamor
no esperes de nadie lo que eres tu.

                  ***
Recuerda que Dios trabaja en su tiempo no en el tuyo sé paciente.  30/082014 Idania Jose



YO Y TAL VEZ TU


El amor se pierde cuando empezamos a establecer las reglas para que pueda manifestarse.
El Zahir - Pablo Cohelo















Cada vez que inicio un escrito miro en mi pasado
no había mirado tanto como hoy que me fije en el futuro
una lápiz necesita un nuevo cuaderno
un amor roto necesita un corazón nuevo.

Escribí tantas veces tantos sueños
tantas historias iniciadas
tanto pasado junto que pesa
tanto que hoy es tan poco para escribir.

LIBROS DE AMOR

Tantos libros que leen el amor 
demasiado tiempo a solas piensas
los sonidos del silencio 
las historias tan cortas
puedes escuchar latir tu corazón
puedes escribir un poco más
leer al amor que no vuelves a ver
mientras recuerdas, lloras, escribes, lloras
recuerdas cuando tenias calor
abrazada a un cuerpo dormido
es calor de placer no es tuyo
sabes que de pronto se marchará o tú
tú dejaste tu calor igual por alli
los recuerdos jamás se van
cuando miras a tu alrededor 
no hay más que mirar aqui 
solo haz desaparecido de allí
solo permite a los demas que te extrañen
quizás alguien llegue amarte
tal cual eres alguien te amara. 30/082014 Idania Jose

MIRA CON LOS OJOS DEL AMOR

Mientras muchos se consumen en vicios esperando tras ventanas grises amir de dolor, de vació, desdén esa felicidad que dura tan poco porque amas y das demasiado sufres esperando demasiado quizás porque tu amor no es puro, ha sido herida y lastimada tu alma, quizás porque mientes como te mintieron, quizás finges como te fingieron, buscas amor afuera a sabiendas que dentro de ti esta aquello que buscas fuera de Dios.

Si buscas una luz fuera de tu propia luz debe ser una luz menos fuerte, que sea suave que te acaricie, que te mire que sientas como se une con la tuya y hacen una sola luz y brillen, que no les importe el mundo ser uno eso significa complementarse. 30/082014 IDANIA JOSE

ALGUIEN

Alguien alguna vez se ha sentido solo
solo en realidad tanto que el silencio
llega y lo atrapa tanto que es todo
en cualquier lugar sin nadie 
aunque siempre habrá alguien para alguien
ese día justo no llegó.

Alguien alguna vez ha sentido ese temor
de perder algo que no sabias que era
pero de pronto ya no estaba
fuiste tu quien procreo ese temor
la soledad entonces eres tu
eres tu y tus temores dormidos 
que los despiertas cada mañana.

Amor es un poco de todo y un todo 
para los que no tienen nada es amor
tantas historias hablan de ese amor 
que trasciende de lo animal a lo humano
padeces, naces, vives, mueres
quizás nadie te vea sufrir pero sufres 
nadie te ve amar pero amas.

Todo se acaba así como se acaba el tiempo
todo se muere menos el amor
por eso dicen es mejor amar y sufrir
que jamás haber amado, aunque
todo se esfume sin dejar nada 
siempre queda ese sabor.

Erase una vez el amor aquel 
donde todo fue hermoso y lo es
es era y será el amor de Dios
lo que me inspiró hay a escribir
jamás será el amor de hombres
amor de Dios, amor a ti, amor de felicidad,
la piel es otra historia.        30/082014


sábado, 13 de septiembre de 2014

SOLO EL AMOR PUEDE SER REAL QUIZÁS LO DEMÁS SEA MIEDO


No puedo evitar deserte intensamente, esperarte irremediablemente, entonces soñarte cada día más, esperanzarme cuando se que eres tu, a veces te sueño por las madrugadas, hay días que te presiento mirarme, en instantes presiento que te has ido que no volverás, siento que te he anhelado demasiado en mi corta existencia.

Saber que estas alli y que no te encuentro, sentir tu respiración despertarte a buscarte es lo mismo, de pronto me aniquilo entre dudas, seras real quizás existas en realidad, regresaras a mi algún dia, desde aquella vez que te sentí y desperte fuiste cierto en realidad.

Probablemente me acaricias en sueños, aunque a veces te siento tan real que no hay nada más, un día cualquiera te encontré dormido en mi cama entonces la dormida era yo, me pregunto cuanto estuvimos juntos porque aun sigo esperando sentir tu olor.

Si algún dia regresas despiertame por favor quiero contarte muchas historias, esperando que podamos hablar del futuro, aunque mi pasado no ha sido el más justo.

En busca del Amor



Y DE PRONTO

Mientras mucha gente anda pensando en el dinero, los sueños pasan a un segundo plano se olvidan de vivir algo más hermoso de vivir quizás.

Alguien me dijo que la vida es más fácil vivirla acompañados, pero nada te obliga a esperar a nadie para ser felices lo decides solo tu y nadie más.

Alguna vez lei que hace muchos muchos años los seres humanos eran uno solo mujeres y hombres en un solo cuerpo y muy fuertes estos se revelaron contra los dioses decidieron que ya no debían respetarlos y entonces los dioses como castigo los dividieron separando a la mujer del hombre y desde entonces ellos están buscando cada uno su otra parte por este mundo.

Aprendí que es mejor ya no estar triste por lo q no puedo tener y dejar ir lo que no desea quedarse, querer controlar todo dentro y fuera de tu vida y no poder se vuelve en algo muy frustrante cuando comprendes que todos nacimos para ser libres incluso aquellos que queremos recluir, llenar a alguien de imposiciones para que este a nuestro lado y también aquellos puede pasarle pero a veces nos dejamos encerrar esperando una migaja de amor que podemos conseguir en cualquier lugar.

En el libro La Maestria del Amor hablan de que el amor es una cocina que otros pueden tener y hacerte una pizza pero no sabes que en realidad todos tenemos esa cocina y podemos ser felices sin aquella pizza y con ella.

Muchas personas van amargando el mundo entero con sus caras tristes y vacias y me pregunto porque no se compran esa cocina y dejan de sufrir!
Att. Idania Jose

domingo, 31 de agosto de 2014

A VECES


A VECES PIENSO QUE LO MEJOR QUE HIZO DIOS FUE UN DIA TRAS OTRO HOY CAES MAÑANA TE LEVANTAS, DEBES CONTINUAR....

MORIR SIN PIEL


Morir sin piel…

La piel cuando esta triste su color es opaco y reseco por que nadie la toca, sin saber aún la cura porque la tristeza es su única compañera, a demás del combate con el tiempo que es inclemente va cada día recordándote que nadie vendrá a suavizar tus días que alguna vez fueron alegres y entonces muere.

¿Cómo muere tiempo entonces?
¿Cómo muere el recuerdo?
¿Cómo muere el olvido?

Seguiremos aquí por la simple razón de estar, llega el verano y el otoño, porque aquí siempre será primavera aunque las flores florezcan cuando quieran y los pájaros salgan cuando quieran.

Nadie detiene el tiempo lo sé nadie deberá recordármelo nunca más, es amar en silencio y ver lo que se ama perdido, acabado, fallecido e inerte.

Para el día de hoy y de mañana quiero que sepas que yo morí por la piel hace mucho, por eso es la tristeza en mis ojos, el desamor en mi mundo que para mi era lo único que tenía.

La ley de la soledad me acompaño durante mucho, pensé que podía existir pero cuando alguien quiere crear algo simplemente toma papel y lápiz y la crea pero antes de morir.

En la esencia misma del aliento que nos da vida para crear vida, mi piel esta muerta después del día aquel donde dejó de existir lo que hoy sería la razón de mi vida, es normal que un ser humano deje de vivir en su pasado si no hay nada bueno en el, si el camino cambia de pronto y tienes muchos planes de vida pero no alcanzas ni a despedirte.

No es que anhele morir es que esa es la ley del ser nadie jamás se opone a los designios de Dios jamás, continuemos las líneas que a pesar de ser cortas para cada quién hay algo.

¿A cuántas personas les dan tiempo para despedirse?
¿Cómo te despedirías tú?

Estaré aquí por el tiempo que sea necesario pero cuando muera quiero que me lleven al mar y arrojen mis cenizas allí y que ya nadie hable de mí.

¿Quien es perfecto?

Acaso eres el perfecto amante del que todas las mujeres hablan pero nadie se le acerca por temor al rechazo.

Acaso eres el silencioso ruiseñor que canta solo al amanecer y nadie sabe quien eres porque solo cantas.

Acaso la lejanía del tiempo te ha dicho que es lo necesitas y no lo que buscas con ansiada pasión.

Acaso sueñas que la perfección existe en pedazo de papel que puedes convertir en lienzo con solo un pequeño lápiz.

Acaso quisieras detener el tiempo en el amanecer exacto, en el atardecer exacto, en la brisa exacta, en el día exacto, en la tranquilidad exacta.

Acaso puedes desear tanto ser perfecto que nadie pueda asegurar que no lo eres porque la luz esta en la calle y tu hogar casi muerto.

Acaso crees en la perfección de los hombres, que perduran una eternidad ofreciendo la felicidad y minimamente son ellos felices.

Acaso hacer silencio no es perfección, deseas a veces que exista tanto silencio que quedas sorda y no puedes escuchar a nadie.

Acaso vivir con las culpas no te puede llevar a la perfección porque ya no cometerás los mismos errores nunca mas.


Entonces donde pudo errar Dios… si quiso que fuésemos a su imagen y semejanza porque no llegamos nunca a la perfección.

Es posible deberíamos investigar un poco más, sobre los conceptos, el camino si es que existe, si es real, si se podrá palpar, se podrá sentir en el momento indicado o no es más que la misma palabra.

Quien ha sido el primero que habló de ella, porque cada noche me acuesto con un hoyo en el estomago sin tener hambre.

Es mujer la perfección o quizás es hombre… tiene sentido porque hace voluntad como el hombre pero es intrigante como la mujer. 06/07/2008 11:53:44

Continuará…

La Ley de la Soledad


 Toda persona tiene derecho a estar sola si así lo desea, nadie puede imponerle que culmine su soledad si esta persona no lo desea.

 Nadie podrá obligar a nadie a compartir su vida con nadie si así lo desea, si la persona se siente feliz así, no puede ser interrumpida su felicidad.

 Si amas algo déjalo libre si regresa a ti es tuyo, si regresa jamás lo fue. Aunque parezca mentira algunas canciones dicen que es imposible, pero lo que se que si es posible que jamás regresan.

 Nadie es más que nadie, en este mundo de incapaces la soledad es para el quiera no podrá ser vendida o alquilada es un derecho que todos poseemos y lo disfrutaremos cuando lo deseemos.

 La ley de la soledad ampara a las Leyes como el olvido, la decepción, no amparará jamás al egoísmo, la envidia, la tristeza, la melancolía o algún otro que pueda ser causante de la destrucción de la soledad.

 Cada persona es libre de vivir en la soledad que quiera y disfrutarla como mejor le parezca.

 La soledad es un estado anímico donde la persona disfruta de no tener compañía y cuando este momento llega no puede ser obligado a nada más que no sea compartir con su soledad.

 Esta Ley nace con el fin de satisfacer a las personas que no sabían que necesitaban a la soledad.

 Aunque las personas compartan con otras personas no significa que no puedan compartir con una soledad pura.

 El derecho a la soledad lo tenemos todos en cualquier determinado momento de nuestras vidas llega ese momento estricto que significa que deseamos estar solos con la soledad.


















EN MATURÍN A LOS 07 DE OCTUBRE DE 2008

 Todos tenemos derecho a amar de la manera que deseemos a quien deseamos sin esperanza alguna de que regresen.

 Vivir cada instante quizá como si fuese el último quizá como que el mundo terminara de pronto y jamás esperar nada a cambio.

 Caminar sin esperar o desear que alguien te ame porque mañana será más doloroso si nadie aparece.


Sin embargo se puede legislar muchos años sobre el tema la soledad, nadie comprende la magnitud que alcanza en los sentimientos de una persona sola.

El tiempo se ha vuelto contra mí de pronto he tratado de estar sola ya ayer fue un mes el 7 de septiembre de 2009, sonó mi teléfono era quien creía amar, me pregunto dónde estaba simplemente dije en casa.

Vino a despedirse de mí con el beso más cálido que recuerdo en toda mi vida de pronto me sentí culpable por instante supe que ya era el final.

Creamos el amor como quien crea otro mundo eso fue para mí, me pregunté porque se marchan de mi lado acaso no soy un ser humano.









Soledad

Cuando tú estás solo, no estás desolado, estás simplemente solo – y hay una tremenda diferencia entre soledad y desolación.

Cuando tú estás desolado estás pensando en el otro, extrañas al otro.

La desolación es un estado negativo. Tú sientes que estarías mejor si el otro estuviera ahí – tu amigo, tu esposa, tu madre, tu amado, tu esposo.

Hubieras estado bien si el otro hubiera estado, pero no está. La desolación es la ausencia del otro.

Soledad es la presencia de uno mismo. La soledad es muy positiva. Es una presencia, una desbordante presencia.

Tú estás tan lleno de presencia que puedes llenar el universo entero con tu presencia y no hay necesidad de nadie.

Cuando no hay un “otro significativo” en nuestras vidas podemos ya sea sentirnos desolados, o disfrutar la libertad que la soledad trae consigo. Cuando no encontramos apoyo entre los otros para nuestras verdades más profundas, podemos ya sea sentirnos desolados y amargados, o celebrar el hecho de que nuestra visión es lo suficientemente fuerte incluso para sobrevivir la humana y poderosa necesidad de aprobación de la familia, amigos o colegas.







Si tú estás enfrentando una situación así ahora, sé consciente de cómo estás eligiendo ver tu aislamiento y toma responsabilidad de la elección que has hecho.

La humilde figura en esta carta brilla con una luz que emana de su interior.

Una de las contribuciones más importantes de Gautama Buda a la vida espiritual de la humanidad fue el insistir a sus discípulos, “Sé una luz para ti mismo.”

Esencialmente, cada uno de nosotros debe desarrollar dentro de sí la capacidad de encontrar nuestro camino a través de la oscuridad sin ninguna compañía, sin mapas o guías.




En maturín,
A los 06 de julio de 2008,
A las 12:08:04.

20 poemas y una canción desesperada... PABLO NERUDA

Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.

Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.


El amor... ¿tan sólo una droga?


Un Científico afirma que el amor es resultado de una serie de procesos neuroquímicos que suceden en el cerebro.

Se suele decir que el amor es una droga pero ¿es tan sólo eso?
El profesor Larry Young, de la Universidad Emory de Atlanta, en Estados Unidos, cree que sí.
En un artículo que ha publicado recientemente en la prestigiosa revista "Nature", el profesor Young afirma que el amor puede explicarse a través de una serie de procesos neuroquímicos que suceden en áreas específicas del cerebro.
Si ello fuera cierto, afirma Young, no tendríamos que depender más de las ostras o el chocolate como afrodisíacos.
En vez de eso, sería posible que los científicos desarrollaran afrodisíacos químicos que harían que nos enamorásemos de la primera persona con la que nos cruzáramos.
Y a aquellos que se enamoran de quien no deben, se les podría dar un antídoto contra un amor inadecuado.
Incluso se podría llegar a realizar un "test del amor" para saber si dos personas están predispuestas a tener una vida en común feliz.
Sin poseía
A lo largo de los siglos los poetas nos han hecho creer que el amor es algo que va más allá del entendimiento, pero esta idea es una maldición para el doctor Young.
"No sé si seremos capaces de entenderlo totalmente, pero creo que nuestras emociones han evolucionado de comportamientos y emociones que provienen del reino animal", asegura el científico.
"No creo que la manera en que una madre quiere a un hijo sea tan diferente del amor que una madre chimpancé siente por sus crías, o incluso una rata".
En los animales, los científicos han descubierto que una sustancia química, la oxitocina, es la responsable de desarrollar el vínculo entre la madre y su hijo.
El profesor Young cree que es muy posible que el mismo proceso suceda en los humanos.
"Lo que pasa es que cuando experimentamos esas emociones son tan intensas que no podemos imaginar que se trata tan sólo de una serie de procesos químicos", asegura el científico.
Pero incluso si ello fuera verdad en el caso del amor maternal, ¿sucede lo mismo en el caso del amor? El profesor Young cree que sí.
Los investigadores han descubierto que la oxitocina es la responsable de vincular a los ratones de campo, que como los humanos crean un fuerte vínculo entre ellos que dura durante un largo tiempo.
También se han realizado estudios en humanos que muestran que la oxitocina incrementa la confianza y la habilidad de comprender las emociones en los otros.
Así que Young asegura que tiene sentido pensar que el mismo tipo de molécula está involucrada en fortalecer los vínculos entre las personas.
Otras sustancias
El científico cree que también hay otras sustancias químicas responsables de fortalecer ese vínculo, así que tan sólo se debe investigar para averiguar cuáles son.
"Estoy seguro de que esto es sólo el principio", asegura Young.
"Hay cientos de moléculas de señalización que actúan en áreas diferentes del cerebro".
"Creo que algún día entenderemos mejor cómo interactúan todas esas sustancias químicas en áreas especificas del cerebro que tienen la función de hacer surgir esas emociones complejas", explica Young.
Habiendo dejado las cosas claras a los poetas, el profesor Young tendrá que discutir con los científicos que no están de acuerdo con su teoría de que el amor depende tan sólo de sustancias químicas.
¿No tendrán algo que ver también la educación y la psicología?
"La educación juega un papel importante", reconoce Young.
"Pero la manera en que la educación funciona es mediante la alteración neuroquímica".
Según el científico, se sabe por estudios realizados con humanos "que las mujeres que han experimentado abuso o negligencia al inicio de su vida tienen unos menores niveles de oxitocina en el cerebro".
"Así que estoy totalmente de acuerdo en que las vivencias tienen un impacto importante en nuestra habilidad para las relaciones, aunque ese impacto ocurre a través de cambios en la neuroquímica y la expresión genética".
Manipulación
Así que, si el amor es tan sólo una complicada reacción química, ¿podría la más poderosa de las emociones humanas ser manipulada? El profesor Young cree que sí.
"La oxitocina agudiza la visión y aumenta nuestra habilidad de reconocer emociones en otros", explica.
"Podría mejorar nuestra habilidad para formar relaciones, así que existe la posibilidad de que la oxitocina sea usada junto con terapias matrimoniales para devolver la chispa a una relación".
En el mercado ya existen perfumes que contienen oxitocina, aunque el profesor Young cree que los niveles de esta sustancia son demasiado bajos como para que realmente funcionen como afrodisíacos.
"Creo que en futuro podremos desarrollar fármacos que afectarán ciertas áreas del cerebro para estimular el amor".
Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, no está totalmente de acuerdo con la teoría de Young.
"Es interesante explorar las bases neuroquímicas del vínculo amoroso, pero no podemos pensar que esta teoría por sí sola nos proporciona una compresión total de lo que es realmente el amor", asegura Bostrom.
Según el científico, "también están involucrados factores evolutivos, psicológicos y sociológicos, además de perspectivas humanistas que ofrecen puntos de vista interesantes".
Sin embargo, cree que en un futuro será posible modular los mecanismos neurológicos que juegan un papel en el vínculo amoroso.
"Utilizando sabiamente este tipo de fármacos se podría mejorar la experiencia humana y mitigar el sufrimiento innecesario", explica Bostrom.
"En cualquier caso, este tipo de manipulación planteará una serie de cuestiones éticas y culturales, que deberán ser exploradas cuidadosamente", concluye el científico.
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AMA SIN MEDIDA HASTA CONVERTIRTE EN LO AMADO....!



Cada instante de nuestras vidas buscamos quien lo haga, quien nos ame, que nos den todo, placer, cariño, comida, bebida, amor, incluso la felicidad...

Nadie te puede dar algo de lo q careces el amor por ti mismo, tu propio valor como persona como ser humano, como ser que sufre y padece de necesidades, cuando no damos nada no deberíamos esperar nada, sin embargo muchos otros damos demasiado y esperamos que todo venga de regreso de la misma forma en que entregamos todo alguna vez...

Gran error cuando amamos esperando que todo sea devuelta de la misma forma en que lo damos no es amor es intercambio y el amor ni el corazón del otro sabe lo que estas haciendo...

Por eso ama sin medida hasta convertirte en lo amado.


Autor: Idania Jose

NADIE DEBERIA DECIR TE AMO SIN SENTIRLO


A VECES VIVIMOS CON DEMASIADAS DUDAS EN NUESTRO CORAZÓN, NO CONFIAMOS EN NOSOTROS MISMOS EN LO QUE SOMOS CAPACES DE CREAR. OLVIDAMOS QUE LA VALENTIA NOS HACE MEJORES SERES HUMANOS, TENEMOS LA CAPACIDAD DE PERDONAR Y DE ODIAR DE UNA MANERA MUY FACIL, MAS FACIL ES PERDONAR QUE SEGUIR ODIANDO TODA UNA UNA VIDA SIN EMBARGO HAY PERSONAS QUE SOLO SE DEDICAN AL ODIO.

PREFIERO AMAR SIMPLEMENTE AMATE A TI MISMO Y ASI COMO AMAS SERAS AMADO...

Un cuento para el día de San Valentín Fragmento: Libro Sopa de pollo para el alma

Larry y Jo Ann eran un matrimonio corriente. Vivían en una casa cualquiera, en una calle como todas. Como cualquier otro matrimonio común, luchaban para llegar a fin de mes y para dar a sus hijos todo lo necesario.
También eran como todos en otro sentido: se peleaban. Gran parte de sus charlas se referían a lo que no iba bien en su matrimonio y a cuál de los dos era el culpable.
Hasta que un día sucedió algo extraordinario.
—Fíjate Jo Ann, tengo una cómoda mágica, increíble. Cada vez que abro algún cajón está lleno de calcetines o de ropa interior —dijo Larry—. Quiero agradecerte que los hayas estado llenando durante todos estos años. Jo Ann se lo quedó mirando por encima de las gafas.
—¿Qué es lo que quieres, Larry?
—Nada. Sólo que sepas que te doy las gracias por estos cajones mágicos.
Como aquella no era la primera vez que Larry le salía con algo raro, Jo Ann olvidó el incidente hasta pasados algunos días.
—Jo Ann, gracias por haber anotado tan correctamente los números en el libro de gastos este mes. Las dieciséis anotaciones son correctas: es todo un récord. Sin poder dar crédito a sus oídos, Jo Ann levantó los ojos del calcetín que estaba zurciendo.
—Larry, si siempre te estás quejando de que anoto mal los números, ¿por qué ahora no lo haces?
—Porque sí. Sólo quería que supieras que me doy cuenta del esfuerzo que estás haciendo.
Jo Ann sacudió la cabeza y siguió con sus remiendos. Para sus adentros, masculló: —¿Qué le estará pasando?
Sin embargo, al día siguiente, cuando Jo Ann hizo un cheque en la tienda, se fijó para asegurarse de que había anotado bien el número del cheque.
—¿Por qué de pronto les estoy dando importancia a estos estúpidos números? —se preguntó.
Trató de no hacer caso del incidente, pero el extraño comportamiento de Larry se intensificó.
—Jo Ann, la cena ha sido estupenda —le dijo una noche—. Te agradezco el esfuerzo. Vaya, si calculo que en los últimos quince años habrás preparado más de catorce mil comidas para mí y para los niños...
Otra vez fue: —Jo Ann, la casa parece un espejo. Debes de haber trabajado muchísimo para que tenga tan buen aspecto.
Y hasta: —Jo Ann, te agradezco que seas como eres. Realmente, me da mucho placer tu compañía.
Jo Ann estaba empezando a preocuparse. Se preguntaba qué se había hecho de los sarcasmos y de las críticas.
Sus temores de que a su marido le estaba pasando algo raro se vieron confirmados por la queja de Shelly, su hija de dieciséis años, que le comentó: —Mamá, papá se ha vuelto loco. Acaba de decirme que estaba guapa con todo este maquillaje y esta ropa de estar por casa. No es propio de él. ¿Qué es lo que le pasa?
Fuera lo que fuere lo que le pasara, Larry no cambiaba. Casi todos los días seguía haciendo algún comentario positivo.
Pasadas varias semanas, Jo Ann se fue acostumbrando al extraño comportamiento de su marido, e incluso alguna vez se lo recompensó, a regañadientes, con un escueto «Gracias». Se sentía orgullosa de ir manteniéndose a la altura de las circunstancias, hasta que un día sucedió algo tan raro que la desorientó por completo:
—Como quiero que te tomes un descanso —anunció Larry—, voy a fregar yo los platos, así que hazme el favor de dejar esa sartén y sal de la cocina.
Después de una larguísima pausa Jo Ann contestó:
—Gracias, Larry. ¡Te lo agradezco muchísimo!
Ahora el paso de Jo Ann era un poco más ligero, su confianza en sí misma iba en aumento e incluso, alguna vez, canturreaba por lo bajo. Además, parecía que ya no tenía tantos ataques de melancolía. «Me gusta bastante la nueva forma de comportarse de Larry», pensaba para sus adentros.
Aquí se acabaría el cuento, de no ser porque un día sucedió otro acontecimiento de lo más extraordinario. Esta vez, quien habló fue Jo Ann:
—Larry —dijo—, quiero agradecerte que durante todos estos años hayas ido a trabajar para que a nosotros no nos falte nada. Y creo que nunca te he expresado todo mi agradecimiento.
Larry jamás ha revelado las razones de su espectacular cambio de comportamiento, por más que Jo Ann se ha esforzado en obtener de él una respuesta, de modo que éste seguirá siendo, probablemente, uno de los misterios de la vida. Pero es un misterio con el que me encanta convivir.
Porque, ya veis... yo soy Jo Ann.

ALGO PARA RECORDAR Autor: Idania Jose T B


Prologo
Este libro nació una noche con algo parecido a la soledad que muchas personas sentimos pero aun no definimos. Pensé en escribir algo que se leyera y pudiera ser vendido sin embargo no sería lo que quiero decir sino lo que los demás desean escuchar.
Es un ensayo que busca el porqué de cada realidad sentimental del ser humano; empecé a investigar en el lugar más destacado el internet, donde se encuentra “amor” entre comillas.
Debemos definir que es amor según la diversidad cultural cada ser humano lleva creencias diferentes que con el tiempo son tabúes, leyendas, mitos o realidades que van intrincados quizá por eso dicen que las mujeres son de Venus y los hombres de martes.
Existen tabúes que nos condenan y nacen libros como: “Las mujeres que los hombres aman y las mujeres que los hombres abandonan” entre otros, que miran a la mujer en un solo comportamiento y al hombre en otro muy diferente.
Este ensayo va más allá de la soledad, el amor, la sociedad, el internet que se ha convertido en el espejismo lleno de ilusiones y desencantos.
Mi vida la dividí en etapas alguna vez por eso les cuento algunas cosas que llevaron a empezar este pequeño ensayo en un día cualquiera de noviembre del año 2009.

A unque parezca mentira sé lo que voy hablar, alguna vez haz sentido que algo se ahoga en tu garganta sin saber que se supone que sea; sin encontrar forma alguna de salir es quizás tal vez como alguien que te observa sin pedirte permiso, es como perder o buscar en unos ojos que lamentablemente no son de nadie y verte despertar a solas sin embargo seguir adelante sin tormentos del pasado.
De pronto seguir siendo la misma loca y seguir la fiesta, sin nadie que pregunte, de pronto pensar que alguien se podía quedar a mi lado solo con desearlo. Existen tantas canciones que hablan del amor le dan significados dicen que es una cárcel dulce, noches amargas si no hay nadie y luego el abandono deberé indagar para encontrar su razón de ser. Aunque yo no crea en el amor como tal; no quiere decir que nunca haya amado ame más de cien veces si el concepto es exacto para definir todo lo que engloba amor y amar.
Algo así me paso, no es que los que se enamoran sean tontos solo que los que nacen para eso nacen y punto; por muy injusto que te parezca das nada o todo no existen medias tintas en este extraño dilema de quien da más sufre más, no hay forma alguna de medir este sentimiento.
Para quien sospeche que no es así dicen que nadie es capaz de amar de la noche a la mañana pues le tengo una respuesta, si se puede pero no lo reveles porque ene se mismo instante abres la puerta y sabrán como herirte.
Existen respuestas a cada pregunta del universo entero pero nadie responde un solo dilema de porque amas a quien jamás te amara, porque el amor no siempre es correspondido, porque aparece masoquismo, el que más sufre más ama, si amas deja que se marche porque si regresa era tuya pero si no ya para que lo recuerdas, porque han pasado veinticinco mil horas y es suficiente ya no pienses mas en ese tema.
Hemos llegado al punto exacto de este tema que no me agrada aunque más me agrada el sexo, pero esa es otra historia; nos encontramos de pronto suplicando amor, algo de compañía, porque el tiempo no es amigo de nadie allí justo a la puerta de lo que creías seria para siempre, la misma puerta que dejaste abierta esperando aunque sea una señal y nadie se asoma.
Lo haces no sé porque causa, razón o circunstancia pero estas allí a la espera del anhelado te casas conmigo, o formemos una familia, una casa linda, una iglesia o una orgia; lamento la sinceridad pero en esta etapa de mi vida donde decidí escribir lo real debería tener reglas y no las tiene, debería tener límites y no los tiene, lo que tiene en cantidad es disculpas y perdones.
Amor es un estado de ánimo donde nadie te responde, cuando más enamorada o enamorado estas nadie contesta los mensajes, entonces nace algo llamado incertidumbre a pesar de que no estoy segura como se escribe si se cómo se siente, se mete en tu cuello y baja a tu pecho crees que es cáncer de seno o algo así porque duele más que una inyección de aire y te preguntas como pude vivir tanto tiempo sin él o ella, entonces viene el te amare por siempre.
Que irónico estoy diciendo lo que no me gusta primero pero lo que quisiera es flores, no como las que las mujeres que mueren de amor y reciben en el cementerio si no una real entonces me la regalare mañana porque ya pasan las doce de la noche y no hay quien venda, bueno si yo puedo escribir todo esto sé que alguien lo puede leer.
Esto será como el diario de una loca que piensa quizás como muy pocas mujeres que dicen que aman a pesar de los diarios amarillistas donde amanecen muertas muchas mujeres que vivían enamoradas de un espejismo, donde su esposo amante llega de trabajar les da un beso como el de la adolescencia y les dice arréglate mujer que vamos a comer fuera, las saca al frente al puesto de empanadas y que cena más romántica.
Estoy siendo menos prudente que muchas otras escritoras que van siguiendo el ritmo de los acontecimientos yo voy a necesitar más brandi para llegar al final de mi nuevo libro que aun no tiene nombre porque se supone que esto es el prologo o algo así después de buscar un buen nombre y alguien que lo reproduzca y por supuesto creer fervientemente que alguien lo leerá.
Era un chiste acorde a la situación porque ya va amanecer y no dejo de pensar en todo esto de el amor sus consecuencias lo lamente y dichoso que puede resultar en algunas razones que no vendrán al caso después de enamorarme algunas ciento dieciocho veces después de que di un beso dulce e inocente, luego no tan inocente y lo anotaba en un libro que alguna vez alguien llamo la biblia del diablo.
Es casi cáustico creer que nadie podía comprender a una persona como yo después de perder la virginidad a casi 18 años de mi existencia, que si alguien me hubiese dicho que era tan divino el sexo la hubiese entregado a los 13 años pero como nada es perfecto. Por eso no anote a quien llegar amar después de haber recibido mi primer beso a los nueve y luego enterarme que fue por equivocación porque no había luz en lugar más frio y romántico de Monagas, Caripe.

¿Qué es amor?
Un éxtasis profundo, donde el corazón late en el estomago, un momento donde solo piensas en aquella persona que te puede odiar en un instante a pesar de lo mucho lo dices amar, un día único en la vida de cualquier humano, salen mariposas volando de la nada, la alegría esta en tus ojos, no puedes dejar de suspirar es como acabar de hacer amor pero a solas.
Un concepto perfecto para el que ama, que podría decir alguien que lo que le resulto un mes de amor se acabo con una embriaguez injustificada donde gritas lo que no quieres, a lo que temes, lo que no quisieras que pasara entonces se que es mi historia para eso lo escribo para que nadie más comete este error que a la final no lo fue.
Estaba yo un día cualquiera de mis veintiocho años esperando pasar el sueño, tranquila sin problemas en el justo momento donde quieres predecir que será hoy de mi alegre vida soltera después de seis años de angustioso matrimonio a seis meses del divorcio pensando como se veria el techo de la habitación que me prestó mi madre, después de dejarle hasta mi ropa a mi ex, se encontraba mi madre hablando de lo que hacen las divorciadas sin hijos, toda la historia aquella del costal de plumas y que los caballos no vuelan y mejor quédate sola unos quince años no te vayas a volver a equivocar.
Justo en ese instante me detuve y pensé es lo mejor entonces sonó el teléfono y dicen ven a la esquina te estamos esperando la fiesta de tu mejor amigo no te la puedes perder, pues claro que no la justicia es divina amiga siga su camino el destino está afuera no en cuatro paredes.
Lo que trato decir es que no era que estuviera mal sola era que me hacia falta algo un poco de acción donde se mueva algo más que me pelvis, un mes antes tenía un amante perfecto que no se quejaba, me soportaba aunque no amara pero siempre hay algo así como que porque es necesario el amor, comprende no es bueno estar demasiado sola la gente habla y todas aquellas cantidad de pensamientos lascivos que pasan por la mente de alguien que no es madre, ni esposa.
Entonces decidí arriesgarme, presionándolo y huyo, en vista de aquel desagradable momento busque una fiesta cercana llego la mañana, fuimos al rio y encontré aquellos ojos verdes que hacen diez años me había dejado para casarse por un embarazo entonces solo hoy entiendo que no se quedaría a mi lado la historia es algo explicita pero aun no llega la parte de hablar de los hombres por eso terminemos de hablar del amor.
Estaba diciendo que es algo inédito para todo pero se siente igual en todos, te hace falta al despertarte, hueles su perfume de pronto, su piel es diferente, su voz es única en todo el planeta, sus historias es la divina comedia, canta como los dioses les cuentas a todos tus amigos este si es, es lo único que le faltaba a mi vida toda aquella adrenalina pero lo mejor es que aun no hacemos el amor y dice que me adora sin eso es perfecto lo que tanto espere llego al fin, pronto me veraz en el altar deseando escapar pero ya para que estoy allí.

Entonces la polémica está abierta la familia dice que buen partido no habla o habla mucho, es mentiroso otros dicen porque dice tan poco, donde lo conseguiste quisiera uno asi tan dulce, mama dice debes conocerlo mejor entonces pasa una semana es hermoso cada momento aunque los besos no son tan buenos pero algo debes enseñarle porque fue el novio aquel tan tierno que fue pero que lamentable no se quedo por que fue muy responsable, te dejo en la esquina aunque no recordaba esa parte fue hace mucho doce años pero tiene diecisiete con ella.

¿Qué es el amor?
El amor son cuatro letras que no sienten ni padecen, te alegran de pronto, puedes volar los caballos tienen alas, la música es perfecta, aquel instante te lleva al cielo, dios existe el no se equivoco en crearlo es bello, lo puedes sentir es lo más cercano el canto de los ángeles, y cuando hagamos el amor lo veras será hermoso.
Amor son instantes de canciones ya escritas que pueden hacerte vivir o morir, recuerdo que la única vez que me he mirado en los ojos de alguien

¿Cuándo los seres humanos aman?
Cuando son dependientes el uno del otro, no caminan sin el otro están allí observándose a cada paso que dan y creen que es suficiente la felicidad.
Conversan, se escuchan, logran aclarar los puntos mas polémicos del futuro y de pronto la dependencia es algo generalizada e inexplicablemente deciden unir mas sus vidas.

Las reglas para ser humano


1. Recibirás un cuerpo
Puede ser que te guste o que lo odies, pero será tuyo durante todo el tiempo que pases aquí.
2. Aprenderás lecciones
Estás anotado a tiempo completo en una escuela informal que se llama vida. Cada día que pases en ella tendrás oportunidad de aprender lecciones. Puede ser que las lecciones te gusten como que te parezca que no vienen al caso o que son estúpidas.
3. No hay errores, sólo lecciones
El crecimiento es un proceso de ensayo y error: la experimentación. Los experimentos fallidos son parte del proceso en igual medida que los que, en última instancia, funcionan.
4. Una lección se repite hasta que está aprendida
Cada lección se te presentará en diversas formas hasta que la hayas aprendido. Cuando eso suceda podrás pasar a la lección siguiente.
5. El aprendizaje no tiene fin
No hay en la vida ninguna parte que no contenga lecciones. Si estás vivo, aún te quedan lecciones que aprender.
6. «Allí» no es mejor que «aquí» Cuando tu «allí» se ha convertido en un «aquí», simplemente habrás obtenido otro «allí» que te parecerá nuevamente mejor que «aquí».
7. Los demás no son más que espejos que te reflejan
No puedes amar ni odiar nada de otra persona a menos que refleje algo que tú amas u odias en ti mismo.
8. Lo que hagas de tu vida es cosa tuya
Tienes todas las herramientas y recursos que necesitas, lo que hagas con ellos es cosa tuya. La elección es tuya.
9. Tus respuestas están dentro de ti
Las respuestas a las cuestiones de la vida están dentro de ti. Sólo tienes que mirar, escuchar y confiar.
10. Te olvidarás de todo esto
11. Puedes recordarlo siempre que quieras

Anónimo

Mi declaración de autoestima


Con ser lo que soy ya es suficiente; sólo hace falta que lo sea abiertamente.
Cari Rogers Escribí las palabras que siguen en respuesta a la pregunta de una niña de quince años: «¿Cómo puedo prepararme para tener una vida satisfactoria?».
Yo soy yo.
En el mundo entero no hay nadie que sea exactamente como yo. Hay personas que tienen cosas que se me parecen, pero nadie llega a ser exactamente como yo. Por lo tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente mío porque sólo yo lo elegí.
Soy dueña de todo lo que me constituye: mi cuerpo y todo lo que mi cuerpo hace, mi mente y con ella todos mis pensamientos e ideas, mis ojos y también las imágenes de todo lo que ellos ven, mis sentimientos, sean los que fueren (enfado, júbilo, frustración, amor, desilusión, entusiasmo); mi boca y todas las palabras que de ella salen (corteses, dulces o ásperas, correctas o incorrectas), mi voz, áspera o suave, y todas mis acciones, ya se dirijan a otros o a mí misma. Soy dueña de mis propias fantasías, de mis sueños, mis esperanzas y mis miedos.
Son míos todos mis triunfos y mis éxitos, mis fallos y mis errores.
Como soy dueña de todo lo que hay en mí, puedo relacionarme íntimamente conmigo misma. Al hacerlo, puedo amarme y ser amiga de todo lo que hay en mí. Entonces puedo trabajar toda yo, sin reserva, para mi mejor interés.
Sé que en mí hay aspectos que no entiendo, y otros que no conozco, pero mientras me acepte y me quiera puedo, con ánimo valiente y esperanzado, buscar las soluciones a los enigmas y las maneras de saber más cosas de mí misma.
Todo lo que miro y digo, cualquier cosa que exprese y haga, y todo aquello que piense y sienta en un momento dado, soy yo. Todo esto es auténtico y representa dónde estoy en ese momento del tiempo.
Cuando más adelante evoque qué aspecto tenía y cómo hablaba, lo que decía y lo que hacía, cómo pensaba y sentía, algunas partes pueden parecerme fuera de lugar. Puedo descartar lo que no me viene bien y conservar lo que me parezca adecuado, e inventarme algo nuevo que reemplace a lo que haya descartado.
Puedo ver, oír, sentir, decir y hacer. Tengo los recursos para sobrevivir, para estar próxima a los demás, para ser productiva, para encontrar sentido y orden en el mundo de las personas y las cosas que existen fuera de mí.
Soy mi propia dueña, y por lo tanto puedo hacerme a mí misma. Soy yo, y estoy bien tal como soy.
Virginia Satir


Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma

jueves, 28 de agosto de 2014

SOPA DE POLLO PARA EL ALMA Fragmento

Un simple gesto
Todo el mundo puede ser grande... porque cualquiera puede servir. Para eso no necesitas
tener un título universitario. No necesitas hacer que sujeto y verbo concuerden. Lo
único que necesitas es un corazón pleno de gracia, un alma nacida del amor.
Martin Luther King
Mark volvía caminando de la escuela cuando advirtió que el muchacho que
caminaba delante de él había tropezado y se le habían caído todos los libros que
llevaba, además de dos jerséis, un bate de béisbol, un guante y un pequeño
magnetófono. Mark se arrodilló para ayudarle a recoger los objetos
desparramados y, como iban por el mismo camino, le ayudó a llevar parte de la
carga. Mientras caminaban, supo que el chico se llamaba Bill, que le encantaban
los vídeo-juegos, el béisbol y la historia, que tenía muchos problemas con las
demás asignaturas y que acababa de romper con su novia.
Primero llegaron a casa de Bill, donde invitaron a Mark a que entrara a
tomar un refresco y a ver la televisión un rato. La tarde pasó agradablemente,
entre algunas risas y algo de charla intrascendente, luego Mark se fue a su casa.
Los dos chicos siguieron viéndose en la escuela, almorzaron juntos un par de
veces y, finalmente, ambos terminaron la primaria. Casualmente fueron a la
misma escuela secundaria, donde siguieron teniendo breves contactos durante
años. Finalmente, llegado el tan esperado último año, tres semanas antes del día
que finalizaban los cursos, Bill le preguntó a Mark si podían conversar un rato.
Le recordó aquel día, años atrás, en que se habían conocido, y le preguntó:
—¿Nunca te extrañaste de que ese día volviera a casa tan cargado de cosas?
Había vaciado mi armario porque no quería cargar a nadie con ese desorden.
Había ido guardando algunas pastillas para dormir de mi madre y volvía a casa
con intención de suicidarme. Pero después de haber pasado un rato contigo,
charlando y riéndonos, me di cuenta de que si me hubiera matado habría
perdido aquellos momentos y muchos otros que podían haberles seguido.
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Entonces, Mark, ya ves que aquel día, cuando me recogiste los libros, hiciste
mucho más... Me salvaste la vida.
John W. Schlatter
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La sonrisa
Sonreíos los unos a los otros; sonríe a tu mujer, sonríe a tu marido; sonreíd a vuestros
hijos, sonreíos sin que os importe a quién, y eso os ayudará a que crezca vuestro amor
por el otro.
Madre Teresa de Calcuta
Muchos norteamericanos conocen bien El principito, un libro maravilloso escrito
por Antoine de Saint-Exupéry. Es un libro que, sin dejar de ser un cuento para
niños, es también un recurso maravilloso para estimular el pensamiento en los
adultos. Muchos menos son los que tienen conocimiento de otros escritos,
novelas y cuentos del autor.
Saint-Exupéry era un piloto de caza que luchó contra los nazis y murió en
acción. Antes de la segunda guerra mundial, luchó contra los fascistas en la
guerra civil española. A partir de aquella experiencia escribió un cuento
fascinante con el título de La sonrisa (Le sourire). Éste es el relato que quisiera
compartir con vosotros ahora. Aunque no está claro si la intención del autor era
escribir un texto autobiográfico o de ficción, yo prefiero creer en la primera
posibilidad.
Cuenta el autor que, capturado por el enemigo, lo confinaron en una celda.
Por las miradas desdeñosas y el rudo tratamiento que recibió de sus carceleros,
estaba seguro de que al día siguiente lo ejecutarían. A partir de aquí contaré la
historia tal como la recuerdo, con mis propias palabras.
«Estaba seguro de que me matarían, y me fui poniendo tremendamente
inquieto y nervioso. Repasé mis bolsillos en busca de algún cigarrillo que
pudiera haber quedado en ellos pese al registro y encontré uno que, con manos
temblorosas, apenas pude llevarme a los labios. Pero no tenía fósforos; eso sí se
lo habían llevado.
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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»Por entre los barrotes miré a mi carcelero, que evitaba mantener contacto
conmigo. Después de todo, nadie intenta mirar a los ojos a una cosa, a un
cadáver. Decidí preguntarle:
»—¿Tiene fuego, por favor?
»Me miró, se encogió de hombros y se acercó a encenderme el cigarrillo.
»Mientras se acercaba para encender el fósforo, sin intención alguna,
nuestros ojos se cruzaron. En ese momento, sin saber por qué, le sonreí. Quizá
fuera por nerviosismo, tal vez porque cuando dos personas están muy cerca
una de otra es muy difícil no sonreír. En todo caso, le sonreí. En ese instante fue
como si se encendiera una chispa en nuestros corazones, en nuestras almas:
éramos humanos. Sé que aunque él no lo quería, mi sonrisa pasó a través de los
barrotes y provocó otra sonrisa en sus labios. Me encendió el cigarrillo y se
quedó cerca, mirándome directamente a los ojos, sin dejar de sonreír.
»También yo seguí sonriéndole; ahora ya lo veía como a una persona, no
como a un simple carcelero. Pareció como si el hecho de que me mirara hubiera
cobrado también una nueva dimensión.
»—¿Tienes hijos? —me preguntó.
»—Si, mira.
»Saqué la cañera y busqué las fotos de mi familia. Él también sacó las fotos
de sus hijos y empezó a hablar de los planes y las esperanzas que ellos le
inspiraban. A mí se me llenaron los ojos de lágrimas. Le dije que temía no
volver a ver nunca a mi familia, no poder llegar a verlos crecer. A él también se
le humedecieron los ojos.
»De pronto, sin decir nada más, abrió la puerta y sin añadir palabra me
guió hacia la salida. Ya fuera de la cárcel, silenciosamente y por callejas
apartadas, me condujo fuera de la ciudad. Allí, ya casi en el límite, me dejó en
libertad y, sin una palabra más, regresó.
»Aquella sonrisa me había salvado la vida.
Sí, la sonrisa... el contacto espontáneo, natural, no afectado entre las personas.
Éste es un episodio que cuento en mi trabajo porque me gustaría que la gente
pensara en que, debajo de todas las capas defensivas que construimos para
protegernos, para proteger nuestra dignidad, nuestros títulos, nuestros grados,
nuestro estatus y nuestra necesidad de que nos vean de tal o cual manera... por
debajo de todo eso, sigue estando, auténtico y esencial, lo que somos. No me
asusta llamarlo alma. Realmente, creo que si esa parte de ti y esa parte de mí
pudieran reconocerse la una a la otra, no seríamos enemigos. No podríamos
sentir odio ni envidia ni miedo. Con tristeza llego a la conclusión de que todos
esos estratos que tan cuidadosamente vamos construyendo a lo largo de toda la
vida, nos distancian de los demás y nos aíslan de cualquier auténtico contacto
con ellos. El relato de Saint-Exupéry nos habla de ese momento mágico en que
dos almas se reconocen.
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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No he tenido más que unos pocos momentos como aquél. Enamorarse es
un ejemplo y también observar a un bebé. ¿Por qué sonreímos cuando vemos
un bebé? Quizá sea porque vemos a alguien que aún no tiene todas esas
barreras defensivas, alguien que, bien lo sabemos, cuando nos sonríe lo hace de
forma totalmente auténtica y sin engaños. Y el alma de bebé que seguimos
llevando dentro sonríe con melancólico agradecimiento.
Hanoch McCarty
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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Amy Graham
Tras haber volado toda la noche desde Washington, D. C, estaba cansado
cuando llegué a mi iglesia, la Mile High Church, en Denver, donde después de
oficiar tres servicios, tendría que dirigir un taller sobre la conciencia de la
prosperidad. Al entrar en la iglesia, el doctor Fred Vogt me preguntó si tenía
noticias de la existencia de la Fundación Pide un Deseo.
Le respondí que sí.
—Bueno —continuó—, a Amy Graham le han diagnosticado una leucemia
terminal. Apenas le dan tres días de vida. Su último deseo es estar presente en
sus servicios.
Quedé realmente impactado. Sentí una combinación de júbilo, respeto y
duda. No lo podía creer. Pensaba que los chicos y chicas a punto de morir
querrían que los llevaran a Disneylandia o conocer a Sylvester Stallone, o a
Arnold Schwarzenegger. ¿Cómo iban a querer pasarse sus últimos días
escuchando a Mark Victor Hansen? ¿Por qué una cría a quien no le quedaban
más que unos pocos días de vida iba a querer que le endilgaran un discurso
sobre motivaciones? De pronto, una voz interrumpió mis pensamientos.
—Aquí está Amy —anunció Vogt mientras ponía la frágil mano de Amy en
la mía. Ante mí estaba una muchacha de diecisiete años con un turbante de
brillantes colores rojo y naranja que le ocultaba la cabeza, calva a causa de los
tratamientos de quimioterapia recibidos. El frágil cuerpo, debilitado, apenas se
sostenía.
—Mis dos objetivos —me dijo— eran terminar la escuela secundaria y
escuchar su sermón. Los médicos no creían que pudiera cumplir ninguno.
Pensaban que las fuerzas no me alcanzarían. Me dejaron otra vez en manos de
mis padres... Aquí están, se los presento.
Los ojos se me llenaron de lágrimas; sentí que me ahogaba, que me faltaba
el equilibrio. Estaba totalmente conmovido. Me aclaré la garganta, sonreí y dije:
—Tú y tus padres sois nuestros invitados. Os agradezco que hayáis querido
venir.
Nos abrazamos, nos secamos los ojos y nos separamos.
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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He estado presente en muchos seminarios de curación en los Estados
Unidos, Canadá, Malasia, Nueva Zelanda y Australia. He observado el trabajo
de los mejores sanadores y he estudiado, investigado, evaluado y cuestionado
qué era lo que funcionaba, por qué y cómo.
Aquel domingo por la tarde dirigí un seminario en el que participaron
Amy y sus padres. El público abarrotaba la sala: más de un millar de personas
ávidas de aprender, de crecer, de ser cada vez más humanas.
Humildemente, les pregunté si querían aprender un procedimiento de
curación que podría servirles para toda la vida. Desde el escenario, parecía que
todas las manos se hubieran levantado. El sentimiento era unánime: querían
aprender.
Enseñé al público a frotarse enérgicamente las manos, a separarlas a una
distancia de cinco o seis centímetros y sentir la energía curativa. Después los
dividí en parejas, para que todos pudieran sentir la energía curativa que
emanaba de cada uno de ellos y fluía hacia el otro.
—Si necesitáis una curación —les dije—, aceptadla aquí y ahora.
El público se dispuso en forma alineada; el sentimiento era estático. Les
expliqué que todos tenemos energía curativa y potencial de curación. Al cinco
por ciento de las personas les brota de las manos con una intensidad de
curación tan intensa que podrían hacer de ella una profesión.
—Esta mañana —les conté—, me presentaron a Amy Graham, una joven de
diecisiete años cuyo último deseo era concurrir a este seminario. Quiero traerla
aquí y pediros a todos que dejéis fluir hacia ella la energía de vuestra fuerza
vital. Quizá podamos ayudarla. Ella no me lo ha pedido, pero yo os lo estoy
pidiendo espontáneamente porque siento que es lo correcto.
—¡Sí, sí, sí! —clamó el público.
El padre de Amy la ayudó a subir al escenario. La niña tenía un aspecto de
suma fragilidad, por la quimioterapia, el reposo en cama y una falta absoluta de
ejercicio físico. (Los médicos no le habían permitido caminar durante las dos
semanas previas al seminario.)
Pedí al grupo que se calentara las manos para enviarle su energía, después
de lo cual, todos de pie, le tributaron una cálida y conmovedora ovación.
Dos semanas más tarde, Amy me telefoneó para decirme que su médico le
había dado el alta, tras una curación total. Dos años después volvió a llamar,
esta vez para contarme que se había casado.
He aprendido a no subestimar jamás el poder de curación que todos
tenemos. Siempre está ahí, esperando a que lo usemos para el mayor bien
común. Lo único que tenemos que hacer es recordarlo.
Mark V. Hansen
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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Un cuento para el día de San Valentín
Larry y Jo Ann eran un matrimonio corriente. Vivían en una casa cualquiera, en
una calle como todas. Como cualquier otro matrimonio común, luchaban para
llegar a fin de mes y para dar a sus hijos todo lo necesario.
También eran como todos en otro sentido: se peleaban. Gran parte de sus
charlas se referían a lo que no iba bien en su matrimonio y a cuál de los dos era
el culpable.
Hasta que un día sucedió algo extraordinario.
—Fíjate Jo Ann, tengo una cómoda mágica, increíble. Cada vez que abro
algún cajón está lleno de calcetines o de ropa interior —dijo Larry—. Quiero
agradecerte que los hayas estado llenando durante todos estos años.
Jo Ann se lo quedó mirando por encima de las gafas.
—¿Qué es lo que quieres, Larry?
—Nada. Sólo que sepas que te doy las gracias por estos cajones mágicos.
Como aquella no era la primera vez que Larry le salía con algo raro, Jo Ann
olvidó el incidente hasta pasados algunos días.
—Jo Ann, gracias por haber anotado tan correctamente los números en el
libro de gastos este mes. Las dieciséis anotaciones son correctas: es todo un
récord.
Sin poder dar crédito a sus oídos, Jo Ann levantó los ojos del calcetín que
estaba zurciendo.
—Larry, si siempre te estás quejando de que anoto mal los números, ¿por
qué ahora no lo haces?
—Porque sí. Sólo quería que supieras que me doy cuenta del esfuerzo que
estás haciendo.
Jo Ann sacudió la cabeza y siguió con sus remiendos. Para sus adentros,
masculló:
—¿Qué le estará pasando?
Sin embargo, al día siguiente, cuando Jo Ann hizo un cheque en la tienda,
se fijó para asegurarse de que había anotado bien el número del cheque.
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—¿Por qué de pronto les estoy dando importancia a estos estúpidos
números? —se preguntó.
Trató de no hacer caso del incidente, pero el extraño comportamiento de
Larry se intensificó.
—Jo Ann, la cena ha sido estupenda —le dijo una noche—. Te agradezco el
esfuerzo. Vaya, si calculo que en los últimos quince años habrás preparado más
de catorce mil comidas para mí y para los niños...
Otra vez fue:
—Jo Ann, la casa parece un espejo. Debes de haber trabajado muchísimo
para que tenga tan buen aspecto.
Y hasta:
—Jo Ann, te agradezco que seas como eres. Realmente, me da mucho placer
tu compañía.
Jo Ann estaba empezando a preocuparse. Se preguntaba qué se había hecho
de los sarcasmos y de las críticas.
Sus temores de que a su marido le estaba pasando algo raro se vieron
confirmados por la queja de Shelly, su hija de dieciséis años, que le comentó:
—Mamá, papá se ha vuelto loco. Acaba de decirme que estaba guapa con
todo este maquillaje y esta ropa de estar por casa. No es propio de él. ¿Qué es lo
que le pasa?
Fuera lo que fuere lo que le pasara, Larry no cambiaba. Casi todos los días
seguía haciendo algún comentario positivo.
Pasadas varias semanas, Jo Ann se fue acostumbrando al extraño
comportamiento de su marido, e incluso alguna vez se lo recompensó, a
regañadientes, con un escueto «Gracias». Se sentía orgullosa de ir
manteniéndose a la altura de las circunstancias, hasta que un día sucedió algo
tan raro que la desorientó por completo:
—Como quiero que te tomes un descanso —anunció Larry—, voy a fregar
yo los platos, así que hazme el favor de dejar esa sartén y sal de la cocina.
Después de una larguísima pausa Jo Ann contestó:
—Gracias, Larry. ¡Te lo agradezco muchísimo!
Ahora el paso de Jo Ann era un poco más ligero, su confianza en sí misma
iba en aumento e incluso, alguna vez, canturreaba por lo bajo. Además, parecía
que ya no tenía tantos ataques de melancolía. «Me gusta bastante la nueva
forma de comportarse de Larry», pensaba para sus adentros.
Aquí se acabaría el cuento, de no ser porque un día sucedió otro
acontecimiento de lo más extraordinario. Esta vez, quien habló fue Jo Ann:
—Larry —dijo—, quiero agradecerte que durante todos estos años hayas
ido a trabajar para que a nosotros no nos falte nada. Y creo que nunca te he
expresado todo mi agradecimiento.
Larry jamás ha revelado las razones de su espectacular cambio de
comportamiento, por más que Jo Ann se ha esforzado en obtener de él una
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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respuesta, de modo que éste seguirá siendo, probablemente, uno de los
misterios de la vida. Pero es un misterio con el que me encanta convivir.
Porque, ya veis... yo soy Jo Ann.
Jo Ann Larsen
Desert News
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Carpe diem!
Alguien que destaca como un ejemplo resplandeciente de valor al expresarse es
John Keating, el profesor dotado de un mágico poder de transformación que
interpreta Robín Williams en El club de los poetas muertos. En esta magistral
película, Keating toma un grupo de estudiantes inhibidos, tensos y
espiritualmente impotentes de un rígido internado y les inspira el deseo y la
capacidad de hacer de sus vidas algo extraordinario.
Tal como Keating les muestra, estos jóvenes han perdido de vista sus
propios sueños y ambiciones. Están viviendo de forma automática los
programas y las expectativas que les han trazado sus padres. Su proyecto es
llegar a ser médicos, abogados y banqueros porque eso es lo que sus padres les
han dicho que deben hacer. Pero esos resecos personajes apenas han dedicado
un momento a pensar qué es lo que su corazón le pide a cada uno de ellos que
exprese.
Una de las primeras escenas de la película muestra cómo Keating lleva a los
chicos al vestíbulo de la escuela donde, en una vitrina llena de trofeos, se exhibe
la colección de fotos de las clases que se han ido graduando en años anteriores.
—Mirad estas fotos, muchachos —les dice—. Los jóvenes a quienes
contempláis tenían en los ojos el mismo fuego que vosotros. Planeaban tomar el
mundo por asalto y hacer de sus vidas algo magnífico. Eso fue hace setenta
años. Ahora están todos haciendo crecer las margaritas. ¿Cuántos de ellos
llegaron realmente a vivir sus sueños? ¿Hicieron lo que se habían propuesto
lograr?
Entonces Keating, mezclándose con el grupo de alumnos, en un susurro, les
insta:
—Carpe diem! ¡Aprovechad el presente!
Al principio, a los estudiantes los desorienta ese extraño maestro, pero no
tardan en empezar a captar la importancia de sus palabras. Llegan a respetar y
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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a reverenciar a Keating, que les ha ofrecido una visión nueva... o les ha devuelto
su visión original.
Todos vamos por el mundo con una especie de tarjeta de cumpleaños que nos
gustaría entregar... con una u otra expresión personal de júbilo, de creatividad o de
vitalidad que llevamos oculta bajo la camisa.
Un personaje de la película, Knox Overstreet, se enamora locamente de una
chica fantástica. Sólo hay un problema: ella es la pareja de un atleta famoso.
Knox, entusiasmado al máximo con esa hermosa criatura, no está lo bastante
seguro de sí mismo como para abordarla. Pero recuerda el consejo de Keating:
«¡Aprovechad el presente!» y se da cuenta de que no puede seguir soñando: si
quiere ganársela algo tendrá que hacer al respecto. Y lo hace. Audaz y
poéticamente le declara sus sentimientos más tiernos. En el proceso, ella lo
rechaza, su novio le da un puñetazo en la nariz y Knox se enfrenta a los golpes
aunque acaba vencido. Como no está dispuesto a renunciar a su sueño, va en
pos de lo que su corazón desea. En última instancia, ella siente la autenticidad
de su sentimiento y le abre su corazón. Aunque Knox no es especialmente
guapo, ni muy popular, el poder y la sinceridad de su intención terminan por
conquistarla. Él ha conseguido convertir su propia vida en algo extraordinario.
Yo también he tenido ocasión de practicar el consejo de Keating
«¡aprovechad el presente!». Me quedé embobado por una chica monísima que
conocí en una tienda de animales. Era menor que yo y tenía un estilo de vida
muy diferente al mío, tampoco teníamos muchos temas en común, pero sentía
que nada de aquello importaba. Yo disfrutaba estando con ella y me parecía que
ella también sentía lo mismo.
Supe que se acercaba su cumpleaños y decidí invitarla a salir. Estaba a
punto de llamarla y me quedé mirando el teléfono durante casi media hora.
Después marqué el número y colgué antes de que empezara a sonar. Entre la
emoción de la expectativa y el miedo al rechazo, me sentía como un
adolescente. Una voz desde el infierno insistía en decirme que yo no le gustaría
y que por mi parte era tener mucha cara invitarla a salir. Pero me sentía tan
entusiasmado ante la posibilidad de estar con ella que no me dejé vencer por el
miedo y, finalmente, me animé a llamarla. Me agradeció la invitación, pero me
dijo que ya tenía una cita.
Me quedé hecho polvo. La misma voz que me había dicho que no la
llamara me aconsejó también que abandonara antes de sentirme más
avergonzado. Pero yo estaba empeñado en ver qué alcance tenía aquella
atracción. Dentro de mí había más cosas que querían cobrar vida. Tenía que
expresar los sentimientos que me inspiraba aquella mujer.
Compré una bonita tarjeta de cumpleaños en la que escribí una breve nota
poética. Me dirigí a la tienda de animales donde ella trabajaba. Al aproximarme
a la puerta, la misma voz inquietante me advirtió: «Y si no le gustas, ¿qué? Si te
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rechaza, ¿qué?». Como me sentía vulnerable, guardé la tarjeta bajo la camisa.
Decidí que si ella me mostraba algún signo de afecto, se la daría; si se mostraba
indiferente, la dejaría escondida. Así no correría riesgos y me evitaría un
rechazo que podría avergonzarme.
Conversamos un rato sin que yo recibiera de ella ningún signo, ni en un
sentido ni en otro y, como me sentía incómodo, inicié la retirada.
Pero cuando me aproximaba a la puerta, escuché otra voz, que me hablaba
en un susurro y que se parecía bastante a la de Mr. Keating.
«Recuerda a Knox Overstreet... Carpe Diem» Me vi enfrentado ante la
necesidad de expresar mis sentimientos por un lado y la resistencia a afrontar la
inseguridad que me producía sincerarme por otro. ¿Cómo puedo andar por ahí
diciendo a los demás que den vida a sus aspiraciones, cuando yo no estoy
viviendo las mías? Además, ¿qué era lo peor que podía suceder? Cualquier
mujer estaría encantada de recibir una felicitación en su cumpleaños, y además,
poética. Decidí aprovechar el día. Mientras tomaba la decisión sentí que una
oleada de audacia corría por mis venas: mi intención era poderosa.
Me sentí mucho más satisfecho y en paz conmigo mismo de lo que me había sentido
en mucho tiempo... Tenía que aprender a abrir el corazón y a brindar amor sin pedir
nada a cambio.
Saqué la tarjeta de donde la tenía escondida, me di la vuelta, fui hasta el
mostrador y se la di. Mientras se la entregaba me sentí increíblemente vivo y
emocionado... y además, tenía miedo. (Fritz Perls decía que el miedo es «una
excitación sin aliento».) Pero lo hice. Y, ¿sabéis una cosa? A ella no le
impresionó especialmente. Me dio las gracias e hizo a un lado la tarjeta, sin
siquiera abrirla. Se me cayó el alma a los pies. Me sentía decepcionado y
rechazado. No obtener respuesta alguna era peor que un rechazo inequívoco.
Tras un «adiós» de cortesía, salí de la tienda y entonces sucedió algo
sorprendente. Empecé a sentirme eufórico. Desde mí interior brotó una oleada
de satisfacción que me inundó por completo. Había expresado mis sentimientos
¡y me sentía muy bien! Había cruzado la frontera del miedo hasta salir a la pista
de baile. Sí, había estado un poco torpe, pero lo había hecho. («Hazlo
temblando si es necesario —decía Emmet Fox—, ¡pero hazlo!») Había puesto en
juego mi corazón sin pedir garantía por los resultados. No ofrecí para, a mi vez,
recibir algo. Le hice ver mis sentimientos sin esperar una respuesta
determinada.
La dinámica que se requiere para que una relación funcione es la siguiente: sigue
poniendo tu amor ahí fuera.
Al interiorizarse, mi euforia se transformó en cálida beatitud. Me sentí más
satisfecho y en paz conmigo mismo de lo que me había sentido en mucho
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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tiempo. Me di cuenta del sentido de todo lo ocurrido: yo necesitaba aprender a
abrir mi corazón y a dar amor sin esperar ni pedir nada a cambio. El sentido de
aquella experiencia no era crear una relación con aquella mujer, sino
profundizar mi relación conmigo mismo. Y lo había hecho. Keating se habría
sentido orgulloso. Pero lo más importante era que yo me sentía orgulloso.
Desde entonces no he visto mucho a aquella chica, pero esa experiencia ha
cambiado mi vida. Mediante aquella simple interacción vi claramente cuál es la
dinámica necesaria para que cualquier relación (y quizá el mundo entero)
funcione: No dejes nunca de mostrar tu amor.
Creemos que cuando no recibimos amor, eso nos duele, pero lo que nos
duele no es eso. El dolor nos acomete cuando no ofrecemos amor. Hemos
nacido para amar. Se podría decir que somos máquinas de amor creadas por
Dios. Cuando mejor funcionamos es cuando estamos dando amor. El mundo
nos ha llevado a creer que nuestro bienestar depende de que los demás nos
amen, pero este es el tipo de pensamiento puesto patas arriba que tantos
problemas nos ha causado. La verdad es que nuestro bienestar depende de que
ofrezcamos amor: no de lo que nos devuelven a nosotros, ¡sino de lo que
nosotros ofrecemos!
Alan Cohen
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Te conozco, ¡tú eres igual que yo!
Stan Dale es uno de nuestros amigos más íntimos. Stan dirige un seminario
sobre el amor y las relaciones, con el título «Sexualidad, amor e intimidad». Hace
varios años, en su interés por llegar a saber cómo era realmente la gente en la
Unión Soviética, se fue allí a pasar dos semanas en compañía de otras
veintinueve personas. Cuando narró sus experiencias en la hoja informativa que
él mismo publica, una de las anécdotas nos afectó en lo más profundo.
Mientras andaba por un parque en la ciudad industrial de Jarkov, vi a un
anciano veterano ruso de la segunda guerra mundial. Es fácil identificarlos por
las medallas y cintas que todavía exhiben orgullosamente en sus camisas y
chaquetas. No lo hacen por exhibicionismo, es la forma que tienen en su país de
homenajear a quienes les ayudaron a salvar Rusia, por más que los nazis
mataran a veinte millones de rusos. Me acerqué a aquel anciano que estaba allí
sentado con su mujer y le dije: «Droozhba, emin (amistad y paz). El hombre me
miró con incredulidad, tomó la insignia que habíamos hecho para aquel viaje y
que decía «amistad» en ruso y mostraba los mapas de los Estados Unidos y de
la Unión Soviética, sostenidos por dos manos amistosas, y me preguntó:
—¿Amerikanski?
—Da, amerikanski —le respondí—. Droozhba, emir.
Me cogió ambas manos como si fuéramos hermanos que no se habían visto
desde hacía tiempo, y volvió a repetir: «¡Amerikanski!», pero esta vez había
reconocimiento y afecto en su voz.
Durante algunos minutos él y su mujer me hablaron en ruso, como si yo
pudiera entenderlos, y yo les hablé en inglés como si creyera que él me
entendía. Y ¿sabéis qué? Ninguno de los dos entendió una palabra, pero es
indudable que nos comprendimos. Nos abrazamos, nos reímos y lloramos,
repitiendo todo el tiempo «Droozhba, emir, amerikanski. «Te amo, estoy orgulloso
de estar en tu país, nosotros no queremos la guerra. ¡Te amo!"
Pasados unos cinco minutos, nos dijimos adiós y los siete que formábamos
nuestro pequeño grupo seguimos andando. Quince minutos después, cuando
estábamos ya a considerable distancia, el mismo viejo veterano nos alcanzó. Se
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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me acercó, se quitó la medalla de la Orden de Lenin (probablemente su
posesión más preciada) y me la prendió en la solapa. Después me besó en los
labios y me dio uno de los abrazos más cálidos y afectuosos que jamás he
recibido. Y los dos lloramos, nos miramos a los ojos durante un tiempo
larguísimo y nos despedimos con un «Dossvedanya» (adiós).
El relato anterior es un símbolo de todo nuestro viaje de «Diplomacia
ciudadana» a la Unión Soviética. Cada día encontrábamos cientos de personas
en todos los lugares posibles e imposibles. Ni los rusos ni nosotros volveremos
jamás a ser los mismos. Ahora hay cientos de escolares de las tres escuelas que
visitamos que ya no estarán tan dispuestos a pensar que los norteamericanos
son gente que quiere «nukearlo» (destruirlos con armas nucleares). Hemos
bailado, cantado y jugado con niños de todas las edades, y hemos
intercambiado besos, abrazos y regalos. Ellos nos dieron flores, pastas y dulces,
insignias, dibujos, muñecas... y, lo más importante, nos abrieron su corazón y su
mente.
En más de una ocasión nos invitaron a presenciar sus bodas y a ningún
miembro de su familia biológica podrían haberlo aceptado, saludado y
agasajado de forma más cálida y afectuosa que a nosotros. Intercambiamos
abrazos y besos, bailamos y bebimos champán, cerveza y vodka con los novios,
con los abuelos y con el resto de la familia.
En Kursk fuimos recibidos por siete familias rusas que se ofrecieron a
agasajarnos con una maravillosa cena y con su afable conversación. Cuatro
horas más tarde, ninguno de nosotros quería irse. Ahora, todos los de nuestro
grupo tenemos una nueva familia en Rusia.
La noche siguiente nosotros agasajamos a «nuestra familia» en el hotel. La
banda tocó casi hasta medianoche y... ¿qué os imagináis? Una vez más,
comimos, bebimos, charlamos, bailamos y lloramos cuando llegó la hora de
despedirnos. Y bailamos cada canción como si fuéramos amantes apasionados...
porque eso éramos, exactamente.
Podría seguir hablando eternamente de nuestras experiencias y, sin
embargo, no habría manera de transmitiros exactamente cómo nos sentíamos.
¿Cómo os sentiríais vosotros, al llegar a vuestro hotel en Moscú, si os estuviera
esperando un mensaje telefónico de la oficina de Míhail Gorbachov, diciendo
que lamenta no poder veros ese fin de semana porque no está en la ciudad, pero
que en cambio ha dispuesto, para todo vuestro grupo, una reunión de dos
horas, una mesa redonda con una media docena de miembros del Comité
Central? Y con ellos mantuvimos una conversación sumamente franca sobre mil
cosas, incluso sobre sexualidad.
¿Cómo os sentiríais si más de una docena de ancianas, con sus babushkas
[pañolones] anudadas bajo el mentón, bajaran de sus viviendas para abrazaros
y besaros? ¿Qué sentiríais cuando vuestras guías, Tania y Natasha, os dijeran (y
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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dijeran a todo el grupo) que no habían visto jamás a nadie como vosotros? Y
cuando nos fuimos, todos, los treinta, lloramos porque nos habíamos
enamorado de aquellas mujeres fabulosas, y ellas de nosotros. ¿Cómo os
sentiríais? Probablemente, igual que nosotros.
Está claro que cada uno tuvo su propia experiencia, pero es indudable que
en el total hay algo que destaca especialmente: la única forma en que vamos a
asegurar la paz sobre este planeta es adoptar como «nuestra familia» al mundo
entero. Vamos a tener que abrazarlos y besarlos, y bailar y jugar con ellos.
Tendremos que sentarnos a hablar, pasearemos y jugaremos juntos. Porque,
cuando lo hagamos, descubriremos que es verdad que existe la belleza en cada
uno de nosotros, que todos nos complementamos los unos con los otros y que
todos empobreceríamos si no nos tuviéramos mutuamente. Entonces el dicho
«Te conozco porque tú eres como yo» tendría un significado más profundo:
«¡Ésta es «mi familia», y con ellos estaré pase lo que pase!».
Stan Dale
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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La más dulce de las necesidades
Por lo menos una vez al día nuestro viejo gato negro se acerca a alguno de
nosotros de una manera que todos hemos llegado a reconocer como especial.
No significa que quiera que le den de comer ni que lo dejen salir, ni nada por el
estilo. Lo que necesita es algo muy diferente.
Si tiene un regazo a mano, se sube a él de un salto; si no, lo más probable es
que se quede ahí, con aire nostálgico, hasta que vea que hay uno preparado.
Una vez acomodado en él, empieza a ronronear antes incluso de que uno le
acaricie el lomo, le rasque bajo el mentón y le diga una y otra vez que es un gato
estupendo. Después, con su «motor» acelerado al máximo, se acomoda hasta
encontrar la posición que le gusta y se instala. De vez en cuando, su ronroneo se
descontrola y se convierte en ronquido; entonces te mira con los ojos abiertos de
adoración y te dedica ese prolongado ir cerrando los ojos que es la muestra final
de la confianza de un gato.
Al cabo de un rato, poquito a poco, se va quedando quieto. Si siente que
todo va bien, puede ser que se quede en el regazo para echarse una cómoda
siestecita. Pero es igualmente probable que vuelva a bajar de un salto y se vaya
a atender sus cosas. Sea como fuere, la razón la tiene él.
—Blackie quiere que lo «ronroneen» —dice simplemente nuestra hija.
En casa no es el único que tiene esa necesidad: yo la comparto y mi mujer
también. Sabemos que no es una necesidad exclusiva de ningún grupo de edad,
pero aun así, como yo no sólo soy padre, sino además profesor, la asocio
especialmente con los chicos, con su necesidad rápida e impulsiva de un
abrazo, de un regazo acogedor, de una mano amiga, de una manta cálida, no
porque nada les falte, no porque sea necesario, sino simplemente porque ellos
son así.
Hay un montón de cosas que me gustaría hacer por todos los niños y, si
sólo pudiera hacer una, sería ésta: asegurar a cada niño que, esté donde esté,
tendrá por lo menos un buen ronroneo cada día.
Porque los niños, como los gatos, necesitan su tiempo de ronroneo.
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Fred T. Wilhelms
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Bopsy
La joven madre miraba fijamente a su hijo, que estaba muriéndose de leucemia.
Por más que tuviera el corazón lleno de tristeza, también tenía un intenso
sentimiento de determinación. Como cualquier padre o madre, quería que su
hijo creciera y pudiera cumplir todos sus sueños, pero eso ya no sería posible: la
leucemia lo impediría. Sin embargo, ella seguía queriendo que se cumplieran
los sueños de su hijo.
Cogió la mano del pequeño y le preguntó:
—Bopsy, ¿has pensado alguna vez qué querrías ser cuando crecieras? ¿Has
soñado con lo que te gustaría hacer en la vida?
—Mami, yo siempre quería ser bombero cuando creciera.
Ella le sonrió y dijo:
—Vamos a ver si podemos conseguir que tu deseo se realice.
Ese mismo día, más tarde, se fue al cuartel local de los bomberos de su
pueblo, Phoenix, en Arizona. Allí habló con Bob, un bombero que tenía el
corazón tan grande como todo el pueblo. Le explicó cuál era el último deseo de
su hijo y le preguntó si sería posible que el pequeño diera una vuelta a la
manzana en uno de los camiones de bomberos.
—Vamos —dijo Bob—, podemos hacer algo mucho mejor. Si usted tiene
listo al niño el miércoles próximo a las siete de la mañana, lo nombraremos
bombero honorario durante todo el día. Puede venir al cuartel de bomberos,
comer con nosotros y acompañarnos cada vez que salgamos. Y si usted nos da
sus medidas, le encargaremos un verdadero uniforme de bombero, con un
sombrero de verdad, no de juguete, con el emblema de los Bomberos de
Phoenix, un impermeable amarillo como el que nosotros usamos y botas de
goma. Como todo eso se fabrica aquí, en Phoenix, lo tendremos muy pronto.
Tres días después el bombero Bob fue a buscar a Bopsy, le puso su
uniforme de bombero y lo acompañó al camión, que los esperaba con todo su
equipo. Bopsy, sentado al fondo del camión, ayudó a conducirlo de nuevo al
cuartel. Se sentía en el cielo.
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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Ese día, en Phoenix, hubo tres alarmas de incendio, y Bopsy salió con los
bomberos las tres veces. Fue en los diferentes vehículos, en el del equipo
médico e incluso en el coche del jefe de bomberos. Además, le grabaron un
vídeo para el noticiero local.
El hecho de haber visto realizarse su sueño, unido a todo el amor y la
atención que le prodigaron, conmovió tan profundamente a Bopsy que vivió
tres veces más de lo que ningún médico hubiera creído posible.
Una noche, todas sus constantes vitales empezaron a deteriorarse de forma
alarmante y la jefa de enfermeras, que defendía la idea de que nadie debe morir
solo, empezó a llamar a todos los miembros de la familia para que acudieran al
hospital. Después, al recordar el día que Bopsy había pasado como bombero,
llamó al jefe para preguntarle si sería posible enviar al hospital un bombero de
uniforme para que acompañara a Bopsy en sus últimos momentos.
—Podemos hacer algo mejor —respondió el jefe—. ¿Quiere usted hacerme
un favor? Cuando oiga las sirenas y vea los destellos de las luces, anuncie por el
sistema de altavoces que no hay un incendio; es sólo que el personal del
departamento de bomberos viene a ver por última vez a uno de sus miembros
más valiosos. Y no olvide abrir la ventana de la habitación de Bopsy. Gracias.
Cinco minutos después, un camión llegó al hospital, extendió la escalera
hasta la ventana de Bopsy, en la tercera planta, y por ella treparon los dieciséis
bomberos. Con el permiso de su madre, todos fueron abrazándolo y diciéndole,
uno tras otro, cuánto lo querían.
Con su último aliento, Bopsy preguntó, levantando los ojos hacia el jefe de
bomberos:
—Jefe, ¿ahora ya soy un bombero de verdad?
—Claro que lo eres, Bopsy —le confirmó el jefe.
Al oír aquellas palabras, Bopsy sonrió y cerró los ojos.
Jack Canfield y Mark V. Hansen
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Se venden cachorros
El propietario de una tienda estaba colgando sobre la puerta un cartel que
anunciaba: «Venta de cachorros». Ese tipo de anuncios tienen la virtud de
llamar la atención de los niños y no tardó en aparecer un niñito bajo el cartel.
—¿A cuánto vende usted los cachorros? —preguntó.
—Entre treinta y cincuenta dólares —respondió el dueño de la tienda.
El pequeño rebuscó en sus bolsillos y sacó algunas monedas.
—Sólo tengo dos dólares y treinta y siete centavos —anunció—. ¿Puedo
verlos, por favor?
El dueño sonrió, emitió un silbido y de la perrera salió Lady, que se acercó
corriendo por el pasillo de la tienda seguida por cinco minúsculas bolitas de
pelo. Uno de los cachorros seguía a los demás con dificultades.
Inmediatamente, el niño se fijó en el perrito lisiado que cojeaba y preguntó:
—¿Qué le pasa a ese perrito?
El dueño de la tienda le explicó que el veterinario, al examinarlo, había
descubierto que al cachorrito le faltaba la fosa de articulación de la cadera.
—Pues ése es el cachorrito que quiero comprar —exclamó el niño,
entusiasmado.
—No creo que quieras comprarlo —objetó el dueño de la tienda—, pero si
realmente lo quieres, te lo regalo.
El chiquillo se ofendió mucho; miró a los ojos al dueño de la tienda,
apuntándole con un dedo, y declaró:
—No quiero que me lo regale. Ese perrito vale tanto como cualquiera y le
pagaré a usted lo que valga. Es más, ahora le daré todo lo que tengo y le iré
pagando cincuenta centavos cada mes hasta completar su precio.
—En realidad, no creo que quieras comprar el perrito —replicó el
hombre—. Nunca podrá correr y saltar y jugar contigo como los demás
cachorritos.
Al oír estas palabras, el chiquillo se inclinó para levantarse la pernera del
pantalón, mostrando una pierna gravemente deformada que se apoyaba en una
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ortopedia. Levantó los ojos hacia el propietario de la tienda y respondió en voz
baja:
—Bueno, yo tampoco soy muy buen corredor y el cachorro necesitará a
alguien que lo entienda.
Dan Clark
Weathering the storm
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2
Aprende a amarte a ti mismo
Oliver Wendell Holmes concurrió una vez a una
reunión en la cual él era el más bajo de los presentes.
—Doctor Holmes —bromeó un amigo—, yo diría
que se siente usted pequeño entre unos hombrones
como nosotros.
—Pues sí—respondió Holmes—, me siento como
una moneda de un dólar entre un montón de
peniques.
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El buda de oro
Y ahora, he aquí mi secreto, un secreto muy simple: sólo con el corazón podemos ver
como es debido; lo esencial es invisible para nuestros ojos.
Antoine de Saint-Exupéry
En el otoño de 1988 a mi mujer, Georgia, y a mí nos invitaron a dar una charla
sobre autoestima y desarrollo óptimo en una conferencia en Hong Kong. Como
nunca habíamos estado en el Lejano Oriente, decidimos hacer además un viaje a
Tailandia.
Cuando llegamos a Bangkok, se nos ocurrió hacer un tour que recorría los
templos budistas más famosos de la ciudad. En compañía de nuestro intérprete
y chófer, Georgia y yo visitamos ese día numerosos templos budistas, pero al
cabo de un rato todos empezaron a mezclarse en nuestro recuerdo.
Sin embargo, entre ellos hubo uno que nos dejó una impresión indeleble en
la mente y en el corazón. Se le conoce como el Templo del Buda de Oro y en
realidad es muy pequeño, probablemente no mida más que tres por tres metros;
pero al entrar nos quedamos impresionados por la presencia de un buda de oro
macizo de algo más de tres metros de altura. Pesa más de dos toneladas y
media, y está valorado en aproximadamente ¡ciento noventa y seis millones de
dólares! Era realmente un espectáculo impresionante ver ese buda de oro
macizo, imponente pese a la bondad que transmitía su calma sonrisa.
Mientras nos sumergíamos en las actividades normales de quien visita
lugares hasta entonces sólo conocidos por referencia (es decir, sacar fotografías
de la estatua, entre expresiones de admiración), me acerqué a un expositor de
cristal que contenía un gran trozo de arcilla, de unos veinte centímetros de
espesor por treinta de ancho. Junto a la urna de cristal había una página
mecanografiada que narraba la historia de aquella magnífica obra de arte.
En 1957 un grupo de monjes de un monasterio tuvo que trasladar un buda
de arcilla desde su templo a un nuevo emplazamiento. El monasterio debía
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cambiar de sitio para dejar paso a la construcción de una carretera que
atravesaba Bangkok. Cuando la grúa empezó a levantar el gigantesco ídolo, su
peso era tan tremendo que empezó a resquebrajarse, y para colmo empezó a
llover. El superior de los monjes, preocupado por el daño que podía sufrir el
sagrado buda, decidió bajar la estatua al suelo y cubrirla con una recia lona que
la protegiera de la lluvia.
Más tarde, él mismo fue a verificar cómo estaba el buda e introdujo una
linterna bajo la lona para ver si la imagen seguía estando seca. Cuando la luz
dio sobre una de las grietas de la estatua, observó que algo resplandecía en su
interior y eso le llamó la atención. Al mirar más atentamente el destello de luz,
se preguntó si no podría haber algo debajo de la arcilla. Fue en busca de un
martillo y empezó a retirar la arcilla. Al ir desprendiéndose ésta el resplandor se
fue haciendo cada vez mayor. Se necesitaron muchas horas de trabajo para que
el monje se encontrase frente al extraordinario buda de oro macizo.
Los historiadores creen que, varios siglos antes de que el superior
descubriese el buda, el ejército birmano estuvo a punto de invadir Tailandia,
que entonces se llamaba Siam. Los monjes, al darse cuenta de que su país no
tardaría en ser atacado, cubrieron de arcilla su precioso buda de oro para que
no terminara formando parte del botín de los birmanos. Los invasores pasaron
a cuchillo a todos los monjes y el secreto del buda de oro se mantuvo bien
guardado hasta aquel memorable día de 1957.
Mientras volvíamos a los Estados Unidos en un avión, empecé a pensar que
todos estamos, como el buda, cubiertos por una dura capa creada por el miedo
y que, sin embargo, encerrado en cada uno de nosotros hay un «Buda de oro» o
un «Cristo de oro» o una «esencia áurea» que es nuestro verdadero ser. En
alguna época de la vida, quizás entre los dos y los nueve años, empezamos a
cubrir nuestra «esencia áurea», nuestro ser natural. Y, de manera muy parecida
a lo que hizo el monje con el martillo, la tarea a que ahora nos enfrentamos es la
de volver a descubrir nuestra auténtica esencia.
Jack Canfield
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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Empieza por ti mismo
Las siguientes palabras están inscritas en la tumba de un obispo (1100 d.c.) en la
cripta de la abadía de Westminster:
Cuando yo era joven y libre y mi imaginación no conocía límites, soñaba con
cambiar el mundo. A medida que me fui haciendo mayor y más prudente, descubrí que
el mundo no cambiaría, de modo que acorté un poco la visión y decidí cambiar solamente
mi país.
Pero eso también parecía inamovible.
Al llegar a mi madurez, en un último y desesperado intento, decidí avenirme a
cambiar solamente a mi familia, a los seres que tenía más próximos, pero ¡ay!, tampoco
ellos quisieron saber nada del asunto.
Y ahora que me encuentro en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: «Sólo
con que hubiera empezado por cambiar yo mismo», con mi solo ejemplo habría cambiado
a mi familia.
Y entonces, movido por la inspiración y el estímulo que ellos me ofrecían, habría
sido capaz de mejorar mi país y quién sabe si incluso no hubiera podido cambiar el
mundo.
Anónimo
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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¡Nada más que la verdad!
David Casstevens, del periódico Dallas Morning News, cuenta un episodio
referente a Frank Szymanski, estudiante de la Universidad de Notre Dame allá
por los años cuarenta, a quien habían llamado como testigo en un proceso civil
en el South Bend.
—Este año, ¿está usted en el equipo de fútbol del Notre Dame?
—Sí, Señoría.
—¿En qué posición?
—Centro, Señoría.
—Y ¿qué tal centro es?
Szymanski se removió en su asiento, pero respondió con voz firme:
—Señor, soy el mejor centro que jamás haya tenido el equipo de Notre
Dame.
El entrenador Frank Leahy, que se encontraba en la sala del tribunal, se
quedó sorprendido: Szymanski había sido siempre modesto y nada fanfarrón,
de manera que, terminada la sesión del tribunal, Leahy hizo un aparte con él
para preguntarle por qué se había expresado de esa manera. Szymanski se
ruborizó.
—Me supo muy mal hacerlo, entrenador —fue su respuesta—, pero es que,
después de todo, estaba bajo juramento.
Dallas Morning News
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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Cubriendo todas las bases
A un niñito que andaba hablando solo mientras caminaba por el patio de su
casa, tocado con su gorra de béisbol y jugueteando con la pelota y el bate, se le
oyó decir orgullosamente:
—Soy el mejor jugador de béisbol del mundo.
Después arrojó la pelota al aire, intentó darle con el bate y erró. Impávido,
recogió la pelota, la lanzó al aire y se reafirmó diciendo:
—¡Soy el mejor jugador que hay!
Repitió el intento de asestar un golpe a la pelota y, tras volver a fallar, se
detuvo un momento a examinar minuciosamente el bate y la bola. Luego, arrojó
una vez más la pelota al aire y dijo:
—Soy el mejor jugador de béisbol que jamás haya habido.
Volvió a asestar el golpe con el bate y una vez más erró a la pelota.
—¡Uau! —exclamó—: ¡Vaya lanzador!
Fuente desconocida
Un niñito estaba dibujando algo y su maestra le dijo:
—Qué cosa más interesante. Cuéntame qué es.
—Es una imagen de Dios.
—Pero nadie sabe qué aspecto tiene Dios.
—Pues cuando yo termine lo sabrán.
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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Mi declaración de autoestima
Con ser lo que soy ya es suficiente; sólo hace falta que lo sea abiertamente.
Cari Rogers
Escribí las palabras que siguen en respuesta a la pregunta de una niña de
quince años: «¿Cómo puedo prepararme para tener una vida satisfactoria?».
Yo soy yo.
En el mundo entero no hay nadie que sea exactamente como yo. Hay
personas que tienen cosas que se me parecen, pero nadie llega a ser
exactamente como yo. Por lo tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente
mío porque sólo yo lo elegí.
Soy dueña de todo lo que me constituye: mi cuerpo y todo lo que mi cuerpo
hace, mi mente y con ella todos mis pensamientos e ideas, mis ojos y también
las imágenes de todo lo que ellos ven, mis sentimientos, sean los que fueren
(enfado, júbilo, frustración, amor, desilusión, entusiasmo); mi boca y todas las
palabras que de ella salen (corteses, dulces o ásperas, correctas o incorrectas),
mi voz, áspera o suave, y todas mis acciones, ya se dirijan a otros o a mí misma.
Soy dueña de mis propias fantasías, de mis sueños, mis esperanzas y mis
miedos.
Son míos todos mis triunfos y mis éxitos, mis fallos y mis errores.
Como soy dueña de todo lo que hay en mí, puedo relacionarme
íntimamente conmigo misma. Al hacerlo, puedo amarme y ser amiga de todo lo
que hay en mí. Entonces puedo trabajar toda yo, sin reserva, para mi mejor
interés.
Sé que en mí hay aspectos que no entiendo, y otros que no conozco, pero
mientras me acepte y me quiera puedo, con ánimo valiente y esperanzado,
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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buscar las soluciones a los enigmas y las maneras de saber más cosas de mí
misma.
Todo lo que miro y digo, cualquier cosa que exprese y haga, y todo aquello
que piense y sienta en un momento dado, soy yo. Todo esto es auténtico y
representa dónde estoy en ese momento del tiempo.
Cuando más adelante evoque qué aspecto tenía y cómo hablaba, lo que
decía y lo que hacía, cómo pensaba y sentía, algunas partes pueden parecerme
fuera de lugar. Puedo descartar lo que no me viene bien y conservar lo que me
parezca adecuado, e inventarme algo nuevo que reemplace a lo que haya
descartado.
Puedo ver, oír, sentir, decir y hacer. Tengo los recursos para sobrevivir,
para estar próxima a los demás, para ser productiva, para encontrar sentido y
orden en el mundo de las personas y las cosas que existen fuera de mí.
Soy mi propia dueña, y por lo tanto puedo hacerme a mí misma.
Soy yo, y estoy bien tal como soy.
Virginia Satir
Jack Canfield & Mark Victor Hansen Sopa de pollo para el alma
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La indigente
Solía dormir en la oficina de Correos de la calle Cinco. Yo alcanzaba a olería
antes de dar la vuelta a la esquina y llegar a donde ella dormía, junto a los
teléfonos públicos. Olía a la orina que se le escurría por entre las sucias capas de
ropa y a las caries de su boca casi desdentada. Si no dormía, entonces pasaba el
tiempo mascullando incoherencias.
A las seis de la tarde cierran la oficina de Correos para mantener fuera a los
vagabundos, ella se enrosca en la acera, hablando consigo misma, moviendo la
boca como si tuviera las mandíbulas desencajadas, atenuados sus olores por la
suave brisa.
Una vez, el día de Acción de Gracias, nos sobró tanta comida que yo la
envolví, me disculpé un momento y conduje el coche en dirección a la calle
Cinco.
La noche era gélida. Las hojas giraban en remolinos por las calles y apenas
había alguien en la calle, aunque sólo unos pocos de aquellos desamparados
estaban abrigados y cómodos en algún hogar o asilo; pero yo sabía que la
encontraría.
Estaba vestida como siempre: las cálidas capas de lana ocultaban el viejo
cuerpo encorvado. Sus manos huesudas sujetaban un «precioso» carro de la
compra. Estaba acuclillada contra una verja de alambre, frente al parque
infantil, al lado de la oficina de Correos. «¿Por qué no habrá escogido algún
lugar más protegido del viento?» pensé, dando por supuesto que estaba tan
chiflada que ni siquiera tenía el sentido común necesario para acurrucarse en
algún portal.
Aproximé al bordillo mi reluciente coche, bajé el cristal de la ventanilla y le
dije:
—Madre... tal vez quisiera...
Se quedó azorada ante la palabra «madre». Pero es que era... es... de una
manera que no puedo entender bien.
—Madre —volví a empezar—, le he traído un poco de comida. ¿Le gustaría
un poco de pavo relleno y pastel de manzana?
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Al oírme, la anciana me miró y me dijo muy claramente, con nitidez,
mientras los dos dientes de abajo, flojos, se le movían mientras hablaba:
—Oh, muchísimas gracias, pero en este momento estoy llena. ¿Por qué no
le llevas eso a alguien que realmente lo necesite?
Sus palabras eran claras, sus modales refinados. Después me dio por
despedida y volvió a hundir la cabeza entre los harapos.
Bobbie Probstein
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Las reglas para ser humano
1. Recibirás un cuerpo
Puede ser que te guste o que lo odies, pero será tuyo durante todo el
tiempo que pases aquí.
2. Aprenderás lecciones
Estás anotado a tiempo completo en una escuela informal que se llama
vida. Cada día que pases en ella tendrás oportunidad de aprender lecciones.
Puede ser que las lecciones te gusten como que te parezca que no vienen al caso
o que son estúpidas.
3. No hay errores, sólo lecciones
El crecimiento es un proceso de ensayo y error: la experimentación. Los
experimentos fallidos son parte del proceso en igual medida que los que, en
última instancia, funcionan.
4. Una lección se repite hasta que está aprendida
Cada lección se te presentará en diversas formas hasta que la hayas
aprendido. Cuando eso suceda podrás pasar a la lección siguiente.
5. El aprendizaje no tiene fin
No hay en la vida ninguna parte que no contenga lecciones. Si estás vivo,
aún te quedan lecciones que aprender.
6. «Allí» no es mejor que «aquí»
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Cuando tu «allí» se ha convertido en un «aquí», simplemente habrás
obtenido otro «allí» que te parecerá nuevamente mejor que «aquí».
7. Los demás no son más que espejos que te reflejan
No puedes amar ni odiar nada de otra persona a menos que refleje algo que
tú amas u odias en ti mismo.
8. Lo que hagas de tu vida es cosa tuya
Tienes todas las herramientas y recursos que necesitas, lo que hagas con
ellos es cosa tuya. La elección es tuya.
9. Tus respuestas están dentro de ti
Las respuestas a las cuestiones de la vida están dentro de ti. Sólo tienes que
mirar, escuchar y confiar.
10. Te olvidarás de todo esto
11. Puedes recordarlo siempre que quieras
Anónimo
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Silencio por las noches

Cuando te levantas en la oscuridad del verano y los árboles permanecen sin viento más allá de la puerta abierta de par en par esta noche, qu...